jueves, 6 de enero de 2022


 

Hojas nuevas, ese olor particular que sale de este pedazo de papel virgen, silencioso, casi intocable, abrumador... pero siempre, esa sensación primera debe de terminar con la invasión súbita de la tinta, de la pluma, de la vida, esa que comienza a tener forma en ese infinito conquistar.

Cuando se ha perdido la costumbre de ésta sútil caricia de las letras en el lienzo blanco y silencioso, cuesta un rato volver a entender que es aquí donde está la esencia que me permite volar.  No hay mejor libertad que dejarse llevar por este espacio silecioso...

Silencio, solo silencio como ese flujo divino de la creación, en ese punto imperfecto de querer morir o vivir, darle forma o destruirlo.  Cuántas veces pensaría eso Dios cuando estaba amasando la tierra y soplando en cada espíritu.

Que fascinante hubiera sido captar ese momento de duda de Dios, de ese poderoso ser que tiene todo bajo su control... Ese momento de duda de seguir o volver a empezar una nueva versión mejorada de su anterior pensamiento, sin embargo Dios, tuvo la loca idea de seguir y puso en el Universo una cantidad infinita de estrellas, de mundos, de seres que iban más allá de lo que Él mismo podía controlar.

¡TANTA LUZ, TANTA OSCURIDAD... 

TANTA VIDA, TANTA MUERTE"

Tanta creación de ensayo y error, tanta humanidad....

Silencio, de nuevo ese perpetuo silencio que toca profundamente el alma, como flotar perdido en el mar, como elevarse sin rumbo...

Silencio, silencio infinito que ahoga toda posibilidad, que no se deja perturbar porque es tan alta su intensidad que desintegra todo a su paso...

Silencio, me gusta el silencio porque me suspende en la nada, me oculta, me desvanece así como el polvo en el viento.

El silencio quiebra mi estructura, me fragmenta, me disuelve, me desaparece entre el Universo, no siento nada, el silencio me anestecia el dolor, la frustración, el miedo, y el olvido, apacigua el palpitar de mi corazón.

Como me gusta el silencio porque me recuerda a la soledad, me recuerda que sólo está mi existencia, que nada tengo, que nada me pertenece, que nadie está obligado a ser parte de mi.  Me recuerda que en ésta idea colectiva de Dios, somos seres independientes que no se comprometen con el otro.  Estamos solos en un caótico mundo lleno de seres.

Sigo pensando que Dios aún sigue perdido en idea loca de la creación, que no fue nada acertado crear al hombre, ni mucho menos, darle poder, libre albedrío, sentimientos, sexos.

¿Qué podemos hacer los humanos tratando de rescatar las migajas de luz que Dios nos soltó al soplar nuestras almas? Almas perdidas en el infinito.

Cómo quisiera estar en la mente de Dios, quisiera una y mil veces poderlo mirar a los ojos y preguntarle: ¿pero, qué haz hecho, cómo se te ocurre?, pero también quisiera abrazarlo para que me sanara todas mis heridas, que su silencio celestial, sanara mi alma, me diera luz y las instrucciones de vuelo para ser libre en este Universo.

Cómo quisiera hablar con Dios y preguntarle: ¿por qué? ¿por qué yo? Por qué me eligió a mi para venir aquí a escribirle una extraña bitácora de viaje inexplicable, una triste historia humana, desadaptada e inútil. ¿por qué yo?  ¿Por qué elegir un pedazo de arena sutil y frágil para enfrentar este paso caótico, hiriente, absurdo de lo humano?

Cómo quisiera decirle a Dios que era más fácil y más felices cuando era viento y podía saborear el mar, la tierra, el cielo, y no tenía que escribirlo para que lo comprendieras.

Cómo quisiera decirle a Dios que me liberara de este tormento de ser tan densa, tan humana, tan perdida, tan sin rumbo.

Déjame Dios de nuevo ser viento, déjame ser libre, déjame volar. Cómo tengo que pedírtelo? Cómo puedo llegar a tu corazón?  Elegiste al alma equivocada, con tantos siglos de andar en este mundo, jamás aprendí a lo que tú me enviste aquí y he tenido que repetir y repetir y repetir para finalmente, no aprender y morir en el intento, una y otra vez, morir en el intento.

Cómo quisiera ser como el silencio, así tal cual, único, apasible, profundo, inexistente, metódico, envolvente, inexpresivo, eterno...

- Algún día- siempre lo repito una y otra vez. - Algún día- será ese gran día donde mis alas se abrirán y solo cerraré los ojos y me lanzaré al vacío, y por fin, seré libre, sin ataduras, sin dolor, sin reproches, sin miedos, solo yo, solo el alma, solo luz...

Pero es que Dios es tan Dios, que ese algún día me lo dará en un espacio infinito y perdido, Él quiere que siga contando ésta extraña historia de la tierra, de la humanidad, y que le ponga nombre y color a eso que Él no sabe nombrar, soy como una secretaria de un todo que solo sabe escribir desde la oscuridad. 

Desde la ventana de la vida, he visto pasar toda clase de seres en todas las épocas, en todas las formas, con todas las cargas en sus espaldas, y ninguno finalmente en ese caminar, se le ha rebelado a Dios, ni se ha negado a seguir su paso hasta que este cuerpo materia densa, deje de latir...

Cómo quisieras que me hablaras Dios, solo por un segundo, me justificaras ésta creación, majestuosa, imponente, magistral.

Cómo quisiera Dios poder volar entre la humanidad, integrarme y ser parte de esta idea, cumplir con la misión que me haz asignado a cabalidad, ser luz, ser camino, ser palabra, viento, silencio, refugio...

Ser AZUL y que las otras almas comprendieran esto en libertad.

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